Se felicita un poco por saber de los demás, reanudar contactos, hacer señas desde la playa. Batería de correos electrónicos y esemeses en fechas señaladas, mensajes en minúsculas botellas y a ver qué pasa.
Y pasan las horas, un día, dos, y llegan algunas respuestas, muchas. A vuelta de correo, más o menos elaboradas, a veces un mero hola, a veces con noticias jugosas, de México o de Asturias, de Barcelona, de Vigo. De Madriz. O en el móvil: desde Italia, desde Bilbao, hay vida ahí fuera, bien. Todo bien.
Y el tiempo pasa, lo marca la luz que declina a toda velocidad, el ruido insoportable de los petardos, los pasos en la escalera, el centrifugado de la lavadora que un día de estos.
Y pasan las horas, un día, dos, y llegan algunas respuestas, muchas. A vuelta de correo, más o menos elaboradas, a veces un mero hola, a veces con noticias jugosas, de México o de Asturias, de Barcelona, de Vigo. De Madriz. O en el móvil: desde Italia, desde Bilbao, hay vida ahí fuera, bien. Todo bien.
Y el tiempo pasa, lo marca la luz que declina a toda velocidad, el ruido insoportable de los petardos, los pasos en la escalera, el centrifugado de la lavadora que un día de estos.
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