El señor Dragó, ahora mismo, se despide de la audiencia. Se ha llevado a su hija para que lo entreviste y le dé pie a peroratar sobre sí mismo hasta la nausea... como ya es costumbre. (Su gato, que también anda por ahí... se oculta, avergonzado. Como es de ley.)
Es agotador... A ver si hay suerte y... ¿quedan caníbales en África? De los que cuecen a los misioneros en tremendos pucheros en los claros de la selva...
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