La ciudad no es del todo nuestra todavía: hay rescoldos por todas partes, focos de resistencia. Pero ahí estamos, peleando.
Hoy ha vuelto S, morena como un tizón... La echábamos de menos. Y ha venido de visita A, que está guapísima y resulta que es, además, casi vecina: vive muy cerca del edificio Baxter, me cuenta. Qué gusto volver a verla después de tanto tiempo.
Por lo demás, parece que el calor se mantiene dentro de lo razonable y las noches ya son aptas para dormir.
Seguiremos informando.
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