jueves, 6 de marzo de 2008

málaga y malagón...

A punto he estado de celebrarlo, miren. Pero no, porque total... tanto monta y monta tanto.

Y ahora yo me pregunto (y sé que habrá quien me reproche que lo haga... pero me pregunto): a ver, ¿por qué si alguien sufre daños en un atentado terrorista, daños físicos, parece que tiene derecho a que se le hable con cuidado y a dar su opinión sobre la política antiterrorista del gobierno que toque, y sobre las demás políticas, por qué no; y si a alguien lo dejan paralítico en un atraco normal y corriente, o incluso en un accidente de tráfico, ya saben, un hijodeputa que corre a tope en dirección contraria y hasta arriba de vino (porque, ya lo dijo el expresidente, a ver quién es nadie para decir a nadie cuándo debe o no conducir, o lo que tiene o no que beber), por qué ese pobre no tiene nada que decir, por qué su familia no tiene derecho a que se la tenga en cuenta, a salir a la calle parapetados tras pancartas antizapatero?

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