¡Qué pronto califican de gentuza a quien dice cosas que les suenan políticamente incorrectas o que no les gustan cómo suenan, o que retumban en disonancia en sus oídos!
Están tan acostumbrados a lo soft, a lo tibio, a lo encasillado..., que cualquiera que abre la boca para salirse del rebaño (aunque yerre, aunque sea un disparate) les molesta.
Su única contraréplica, su única contrargumentación es eso: gentuza.
Es la dialéctica de los niños: caca, pedo, culo pis.
Dragó simplemente expone el sentir de los primeros griegos: la originaria democracia griega, las aristos como oposición al gobierno de la "chusma".
Ojalá hubiese más Dragós. Y menos anoréxicos intelectuales.
Argumenten en contra.
Y lean más a Voltaire. Y a Montaigne. Lo necesitan.
Sí, amigo, de la "chusma" (κέλευσμα), en confrontación a la ciudadanía formada, informada, documentada, discerniente (ἀριστοκρατία).
Para ver más sobre el tema, acérquese a Heródoto, Tucídides o Jenofonte. Allí podrá aprender algo de lo que esgrime este señor (el Dragó), temas que son, por cierto, muy recurrentes en toda la Grecia clásica.
También los griegos plantearon el tema de la inmigración, no se crea usted, el enorme problema de los metecos (μέτοικος) y las diferentes soluciones dadas por unos y por otros. Una de ellas, la defendida por Dragó.
En fin, ya ve, sólo hace falta bajarse un poquito de la soberbia ignorante, atrevida (claro) y pueril.
Esto me recuerda a la crítica del arte aplicada a la democracia.
Un libro, tebeo o film es bueno o malo según la opinión de unos pocos que son los que sí están capacitados intelectualmente. Los demás son subnormalitos.
Este dice que además del libro también la élite intelectual seleccione al presidente.
Afortunadamente, los mecanismos que rigen la sociedad, son los de la chusma. Porque al final, ese libro que los críticos aristocráticos recomiendan, sólo sobrevivirá si la chusma lo compra. Y las pruebas demuestran que chusma y aristocracia, por lo menos en temas de crítica, no van de la mano. Y al final,esa chusma es la que vota y decide quién es la aristocracia que nos dirige, que no deb eolvidar nunca que su elitismo es debido al voto de esa chusma. De la que todos, al final, formamos parte. Hasta Dragó, mal que le pese.
>>Afortunadamente, los mecanismos que rigen la sociedad, son los de la chusma. Porque al final, ese libro que los críticos aristocráticos recomiendan, sólo sobrevivirá si la chusma lo compra.
Más bocazas que gentuza. Lo que ha sido siempre, por otra parte.
Los que defienden de verdad la distancia aristocrática -entiéndase aristocracia espiritual, sin la idea de casta hereditaria que el concepto de aristocracia a secas lleva de por si- rara vez descienden a la entrevista, y si lo hacen, no ametrallan con tal cantidad de frases de impacto, moneda sobredorada de latón para titulares. A Dragó le gusta el protagonismo más que a un tonto un lápiz, y sus invectivas contra la sociedad de masas no dejan de ser las propias del rol que el mismo se ha tomado en ésta, que es el de, dicho sin ánimo despectivo, payaso serio. No merece la pena perder ni un segundo con cebos tan facilones, adecuados en todo caso para el pensamiento débil de signo opuesto como el de los de Público.
En cualquier caso, cuando leo estas cosas no puedo menos que recordar ese excelente episodio de los Simpsons donde la elite intelectual de Springville toma el poder. La verdad es que su argumentación es pobre. No creo que de gentuza (posiblemente otras de sus ideas sí lo sean), pero si ya ampliamente superadas por más de 2000 años de historia que demuestran que, pese a todos los problemas que conlleva, el gobierno de la chusma no es tan malo como parece. Es una tiranía de la mayoría? Sí. Sin duda. Pero entre dos tiranías, la de la mayoría y la de la minoría, me quedo con la primera. Por una cuestión simplemente -me perdonaréis- física: la probabilidad de estar errado es mayor cuanto menos gente se es. Aunque, por supuesto, esta idea es muy discutible y aplicable sólo a determinados aspectos de la vida social y de la política.
11 comentarios:
¡Qué pronto califican de gentuza a quien dice cosas que les suenan políticamente incorrectas o que no les gustan cómo suenan, o que retumban en disonancia en sus oídos!
Están tan acostumbrados a lo soft, a lo tibio, a lo encasillado..., que cualquiera que abre la boca para salirse del rebaño (aunque yerre, aunque sea un disparate) les molesta.
Su única contraréplica, su única contrargumentación es eso: gentuza.
Es la dialéctica de los niños: caca, pedo, culo pis.
Dragó simplemente expone el sentir de los primeros griegos: la originaria democracia griega, las aristos como oposición al gobierno de la "chusma".
Ojalá hubiese más Dragós. Y menos anoréxicos intelectuales.
Argumenten en contra.
Y lean más a Voltaire. Y a Montaigne.
Lo necesitan.
No argumento porque tampoco él argumenta: se limita a descalificar y despreciar.
No creo que la disensión pase por ahí, por el desprecio de... ¿la chusma?
Hombre...
Sí, amigo, de la "chusma" (κέλευσμα), en confrontación a la ciudadanía formada, informada, documentada, discerniente (ἀριστοκρατία).
Para ver más sobre el tema, acérquese a Heródoto, Tucídides o Jenofonte. Allí podrá aprender algo de lo que esgrime este señor (el Dragó), temas que son, por cierto, muy recurrentes en toda la Grecia clásica.
También los griegos plantearon el tema de la inmigración, no se crea usted, el enorme problema de los metecos (μέτοικος) y las diferentes soluciones dadas por unos y por otros. Una de ellas, la defendida por Dragó.
En fin, ya ve, sólo hace falta bajarse un poquito de la soberbia ignorante, atrevida (claro) y pueril.
Esto me recuerda a la crítica del arte aplicada a la democracia.
Un libro, tebeo o film es bueno o malo según la opinión de unos pocos que son los que sí están capacitados intelectualmente. Los demás son subnormalitos.
Este dice que además del libro también la élite intelectual seleccione al presidente.
Afortunadamente, los mecanismos que rigen la sociedad, son los de la chusma. Porque al final, ese libro que los críticos aristocráticos recomiendan, sólo sobrevivirá si la chusma lo compra. Y las pruebas demuestran que chusma y aristocracia, por lo menos en temas de crítica, no van de la mano.
Y al final,esa chusma es la que vota y decide quién es la aristocracia que nos dirige, que no deb eolvidar nunca que su elitismo es debido al voto de esa chusma.
De la que todos, al final, formamos parte.
Hasta Dragó, mal que le pese.
>>Afortunadamente, los mecanismos que rigen la sociedad, son los de la chusma. Porque al final, ese libro que los críticos aristocráticos recomiendan, sólo sobrevivirá si la chusma lo compra.
Afortunadamente...
Afortunadamente, sí...
Bueno, ya se va viendo alguna neurona en movimiento.
No es tan difícil.
Yo, lo de "afortunadamente", sólo para algunos casos.
En algunas cosas no me gusta, lo considero una tiranía de la mayoría.
El tema da de sí y yo tengo sueño.
Más bocazas que gentuza. Lo que ha sido siempre, por otra parte.
Los que defienden de verdad la distancia aristocrática -entiéndase aristocracia espiritual, sin la idea de casta hereditaria que el concepto de aristocracia a secas lleva de por si- rara vez descienden a la entrevista, y si lo hacen, no ametrallan con tal cantidad de frases de impacto, moneda sobredorada de latón para titulares. A Dragó le gusta el protagonismo más que a un tonto un lápiz, y sus invectivas contra la sociedad de masas no dejan de ser las propias del rol que el mismo se ha tomado en ésta, que es el de, dicho sin ánimo despectivo, payaso serio. No merece la pena perder ni un segundo con cebos tan facilones, adecuados en todo caso para el pensamiento débil de signo opuesto como el de los de Público.
En cualquier caso, cuando leo estas cosas no puedo menos que recordar ese excelente episodio de los Simpsons donde la elite intelectual de Springville toma el poder.
La verdad es que su argumentación es pobre. No creo que de gentuza (posiblemente otras de sus ideas sí lo sean), pero si ya ampliamente superadas por más de 2000 años de historia que demuestran que, pese a todos los problemas que conlleva, el gobierno de la chusma no es tan malo como parece.
Es una tiranía de la mayoría? Sí. Sin duda.
Pero entre dos tiranías, la de la mayoría y la de la minoría, me quedo con la primera. Por una cuestión simplemente -me perdonaréis- física: la probabilidad de estar errado es mayor cuanto menos gente se es.
Aunque, por supuesto, esta idea es muy discutible y aplicable sólo a determinados aspectos de la vida social y de la política.
Qué preciosa novela, El disputado voto del señor Cayo. Dragó nunca la podría escribir (ni por su ética asquerosa, ni por su talento pobre)
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