martes, 2 de junio de 2009
las doce...
Como todavía no da el sol en la acera, por la ventana abierta entra una ligera brisa y también el ruido del tráfico y de la gente que pasa, charlando. Escribo así, un poco al ritmo de esos fragmentos de conversación que se cuelan desde detrás del visillo. Suena Décima Víctima, como estas últimas semanas (cualquier día me crecen unas gabardinas en blanco y negro ahí, en lo alto del perchero).
Es martes y empieza la semana. Cerró el Saló y todavía no me acabo de enterar de qué premios se dieron (sí, sí... más abajo tengo el enlace, es cosa de la pereza). Terminó ayer, y ayer estuve hojeando novedades en avalancha, pensando en cuál traer a casa... y la pereza de nuevo. Mucho nuevo, mucho bonito, alguna incógnita, tres o cuatro cosas seguras... y pocas ganas de tantear en lo que no me suena. Será la calor, seguramente.
Pero son casi las doce ya y habría que pensar en cambiarse, preparar las camisas limpias, cerrar ventanas, bajar persianas y salir a la calle a esquivar la solanera.
Buen día.
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