domingo, 16 de mayo de 2010

la novela gráfica


A Santiago García hay que agradecerle que, habiendo su libro nacido como tesis doctoral, pueda leerse con la fluidez de un ensayo puramente divulgativo. Un ensayo bien armado y muy documentado (nunca nadie pudo acusar a su autor de no hacer los deberes) que recorre la Historia de la Historieta deteniéndose en los momentos que él considera claves para el desarrollo de eso que llama "novela gráfica". Impecable a la hora de hilar sus argumentos e intuiciones sin distraer al lector de lo importante, el libro aporta datos y títulos que no conocía (y eso me gusta). Procura, además, adoptar una mirada plural, entrelazando el desarrollo histórico de la Historieta norteamericana con las europeas y la japonesa, descubriendo relaciones y sinergias que irán aumentando conforme nos acercamos al momento actual.

Así que bien en lo que se refiere a lo divulgativo: es un buen libro si uno quiere echar la vista atrás y ver de dónde venimos y cuáles han sido los caminos recorridos. Y es un buen libro para hacerse una idea bastante clara de cómo está ahora, a día de hoy, el panorama. (Echo de menos, eso sí, a Dave Sim. Por su empecinada defensa de la autoedición y la ambición de su Cerebus, en lo formal y en lo argumental. Pero igual es que le tengo más cariño del que pensaba.)

En lo que respecta a la tesis en sí... pues no sé. No acabo de entender qué es la "novela gráfica", cómo se define. Es, parece, una actitud por parte del autor. Una intención a la hora de afrontar la obra. No es un formato, como defienden las librerías y muchas editoriales, por no hablar de cadenas como FNAC. Ni un límite de páginas: se puede plantear una novela gráfica de seis planchas, y hay libros de doscientas que no lo son. Ni siquiera se define, y menos mal, desde el rechazo de la ficción de género. ¿Entonces?

Actitud, ambición, ir más allá. Bueno, se puede aceptar el planteamiento... (y eso que a mí me produce de siempre una gran desconfianza quien de manera consciente y explícita pretende hacer arte, eso tan intangible...) Pero eso siempre se llamó, o lo llamamos, Historieta adulta... ¿O no?

2 comentarios:

Octavio B. (señor punch) dijo...

curiosamente yo acabo de terminar ayer el libro, y me parece francamente muy, muy bueno. ¿Peros? sin duda. Sim ausente es desconcertante, pienso. Y ¿me falla la memoria lectora o Argentina entera es obviada? No soy un entendido, pero diría que el cómic de ese país tiene algún acento en esto del cómic adulto. Igual olvido el momento en que Santiago habla de ello, repito.
También reconozco que el tramo final, más recetario de obras y autores, se me hizo más espeso que otros de menos nombre propio pero más ideas jugosas (aunque de este tramo final, no voy a negarlo, ya anoté varios de esos nombres para tenerlos en cuenta).
Por lo demás, lo más importante es la aplicación de una metodología nueva a la trillada historia del medio. Para análisis canónicos e introductorios, Masotta está ya escrito, así que el enfocar la historia del medio para alumbrar los porqueses y los porquenoses de lo adulto en el medio (y discernir qué es "lo adulto" en un medio, de paso), me pareció un camino excitante para recorrer. QUiero decir, yo ya sé de Caniff, de eisner o de Gassoline Alley, pero Santiago aporta una perspectiva, una mirada, nueva, fresca y renovadora.
Por no hablar de lo ameno que es de leer, o la profusión de citas, o las ideas y análisis realmente interesantes que atesora el libro...

Eh, se nota que acabo, efectivamente, de tragármelo, aún está bullendo dentro :D

Anónimo dijo...

El asunto -evidente- es que sin Argentina... más de la mitad de los autores españoles no habrían sido tales. (Ya en la Historieta humorística, ya en la "seria").

Ya ve usted.

JC
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