Rafael Reig, en su blog, comenta la última machada del señor Pérez Reverte, que ha decidido pasar del comisariado de la exposición que sobre la Pepa se va a organizar en Cádiz porque no le gusta todo ese tejemaneje de políticos que piden cuentas de cómo y en qué se gasta el dinero público (en concreto, el que a él le iban a pagar). Y para evitar cagarse en la madre de alguno, que él ya saben lo campechano que es en las formas.
Yo ya sé que Pérez Reverte despierta mucha admiración por esa manera suya de machito de sala de billares. O por su incorrección política, que es como ahora suele llamarse a eso. Y ustedes ya saben que a mí, como personaje, me cae muy mal justo por eso, por sus maneras y esa arrogancia tan de a mí no me levantes la voz que te meto. (Por no hablar, en este caso, de cuánto ha hablado y despotricado de la corrupción de los políticos y de las subvenciones y demás, para luego poner el cazo sin detectar la contradicción, con lo atento que suele estar a las ajenas.)
Poco más voy a añadir. Excepto, bueno, que su actitud me ha recordado, no sé por qué, la del bailarín que fue nombrado, hace muchos años y a dedo, claro, por ser quien fue, y que cuando desde el mismo Ministerio se le ha dicho que igual es momento de hacer sitio a otro se ha sentido tan, pero tan mal, que se ha largado a Rusia y ha declarado que no piensa volver a este país de ingratos y políticos ignorantes.
¿Prepotencia, se puede llamar a eso?
2 comentarios:
Rafael Reig y Perez Reverte no son la misma persona?
a mí me caen igual de fatal.
Yo diría que Pérez Reverte viste mejor y tiene más presencia...
Por lo demás, no, a mí tampoco el Reig me cae lo que es bien... pero aquí estoy con él
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