Me permito teclearle unas palabras desde la unidad móvil aquí, en el salón, para darle noticia del proceso de adaptación, que está siendo lento. Son muchos años de rutinas que ahora hay que corregir, y todavía no ha habido tiempo de ir trenzando otras que las sustituyan. Además, uno aún no acaba de saber dónde están las cosas de primera necesidad (ni siquiera tengo claro cuáles me he traído y cuáles siguen allí, en la baticueva, a la espera de ser recuperadas).
Hay ocasionales ráfagas de electricidad estática, y alguna noche me ha parecido ver reflejos plateados a traves de la ventana... quizá un residuo de algún portal dimensional, o la estela de Silver Surfer a su paso sobre la ciudad...
Por lo demás, todo va como debe ir. Quedan cosas por traer, cosas por hacer: la mudanza va a ser larga, ya imaginará. (Del teseracto, nada de nada, ¿no? Ya sé que me respondió que estaba saturado de maquinaria alienígena a la espera de que usted la analizase... no deje de avisarme si acaso en las próximas semanas quedara libre.)
Mis saludos a los demás y... ¡tengan cuidado ahí fuera!
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