El día ha sido frío. Cielo azul helado y ganas de volver a casa, resguardarse, embozarse. Enero se ha puesto serio.
Mañana va a tocar descansar, pero también ir y venir, montar una última silla (accidentada... algún día les contaré), poner la primera lavadora, hacer limpia de cartones y embalajes varios, qué sé yo... El lunes traen más muebles y (por fin) la lámpara del despacho donde escribo a ciegas. El martes... el martes ya veremos, que queda tiempo todavía.
Y uno de estos días me tengo que cortar el pelo.
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