Esta tarde, una reunión inesperada en la guarida de la Bestia: cara a cara con el Superskrull, digamos que todo pinta peor todavía de lo que uno venía temiendo. (Más detalles en unos días.)
En otro orden de cosas, mi amiga A se marcha ya: le aguarda un verano vagamundo. Se la echará de menos: se hace querer, la jodía.
Más: sigue la calor. Ya es verano, claro... pero tampoco había necesidad de enfatizarlo, la verdad. Ahora, cuando va cayendo la tarde y el sol se ha ido, corre un airecito que da gusto salir al balcón... pero vaya días, señores. (Y para qué hablar de las noches.)
Y más todavía: que estuve viendo capítulo y medio (no aguanté más) de la nueva versión de Hawaii 5-0. Un truño, aquejado de los peores clichés de CSI Miami (sin la psicotronía de Horatio).
Por lo demás, mañana es fiesta en Madriz y yo me quedo en casa: algunos deberes pendientes, su poco de cocina, su mucho de lectura... y descansar, que va estando uno ya mayor, en fin...
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