Será cosa del calor, pero los días se suceden de manera vertiginosa, pero rara, deshilachada. Por ejemplo, hoy: la mañana fue accidentada, con algunas cosas por hacer en la baticueva. Al llegar al trabajo, desvío para los locales sindicales: se está liando la de San Quintín, y todo es tan confuso que da miedito, pero ahí estamos. Después, lo de siempre: como no dio tiempo de comer, bocadillos a destiempo. Y trabajar por debajo de mínimos. Y menos mal que estaban ahí
E y
S (y, más lejos, la otra
S y
G), que pueden demoler la realidad más gris a fuerza de buen humor y desparpajo.
(Mientras tanto, en otro lugar, a mi amiga M la operaron ayer. Y estoy seguro de que todo fue bien, pero a ver si hablo con ella.)
Y el calor, ya les digo. Y a ver qué hago de cena.
Y se nos acaba junio pero ya.
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