domingo, 3 de marzo de 2013

Nuestro ministro de Interior se preocupa por la pervivencia de la especie y por nuestras almas, que es de mucho rezar y eso...

No, lo de la no confesionalidad del Estado sigue ahí, en el límite de lo creíble...

1 comentario:

Alfred dijo...

Este individuo no solo tiene cara de orangután, sino también, lo que es peor, cerebro de orangután.

Que semejante tarado haya podido llegar a ser ministro, nada más y nada menos, aquí en España, da buena cuenta de la clase de cloaca en la que vivimos.