lunes, 24 de enero de 2005

con la mantita...

Así andamos, arrebujaditos. El sol entraba por la ventana esta mañana, pero he salido lo justo para comprar unas cosas (líquido, sobre todo) y ya.

Luego, a lo tonto, he estado un buen rato (pero mucho, ¿eh?, no crean) instalando el nuevo antivirus y trasteando con algunas de sus herramientas (es un Norton)... He optimizado el disco duro (o eso me han dicho acá, en una ventanita), he hecho una buena limpia de presuntas amenazas más o menos víricas que no sabía que tenía en el ordenador... y hasta he visto cómo un cartelito aparecía de repente ante mis ojos avisándome de que acababan de interceptar un troyano que se me colaba por qué sé yo dónde...

Emocionante. (¡Y esto, con banda estrecha! ¡Qué miedo!)



He mirado las noticias, también. El periódico, la televisión... Resulta, como poco, insultante la algarabía que se está montando a raíz de los pegones que se manifestaron el otro día y quisieron atizar al minijtro y sitiaron luego el edificio de la SER. Porque unos, condenar, condenan, sí, pero aprovechan para preguntar dónde estaban ZP y Peces Barba. Los convocantes, condenan también, claro, pero no dejan de señalar que, hombre, si hubiera estado allí Peces Barba o ZP, pues no les hubieran insultado... como no hubieran insultado a Pilar Manjón (que lo hicieron) de haber asistido. (Los convocantes dan las gracias al PP por su apoyo... sin preguntarse por qué no estaba, tampoco, Rajoy, al que no insultaron los cafres, pese a su ausencia...) Y la organización de la que forma parte la señora Manjón avisa de que no quieren verse manipulados con fines políticos, y por eso no fueron...

A mí me da vergüenza, además de mucha rabia, ver las imágenes de ese montón de gentuza agitando banderas de España y gritando asesinos y cosas peores.

Y me da vergüenza la tibieza de unos, la torpeza de otros, la cara dura de tantos.

(De las víctimas, al final, entre unas cosas y otras... creo que nadie habló.)



En un ratito, a leer. La cabeza no acaba de estar en su sitio, los ojos aún me duelen, pero la fiebre no ha vuelto (quizá unas décimas... poca cosa). El encierro era lo que me hacía falta, ya ven...


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Trabajo.

Una reflexión: cómo conseguir que aumente el horario de trabajo cada día y, además, compaginarlo con una reducción de plantilla.

¿Complicado? ¿Imposible?

Ya les contaré... Hay quien insiste en cuadrar círculos...