Aquí, noticia de una de esas cosas que nos trae el nuevo orden mundial. Otro niño de cinco años cuyo nombre está en la lista de sospechosos de terrorismo que no pueden volar en los EEUU. Otro niño (cinco años, remember...) que las pasa putas cada vez que se acerca a un aeropuerto, y se le registra, y se comprueban sus antecedentes, y...
Eso, de un patetismo que supera lo ridículo para instalarse en lo puramente grotesco.
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