Día largo y bipolar, con sus chaparrones repentinos y sus cielos radiantes. En buena compañía y con unas risas más que sanas, eso sí.
He desayunado unas porras más bien gomosas, he comido un bocata de los de bareto de toda la vida, sobre barra de zinc y con tercio de mahou, he ido y he venido, he mirado los periódicos un poco por encima y he visto a más gente que en la guerra. Lo que es un domingo de trabajar, vamos...
Y ahora, mientras me bebo una cerveza fría y escucho sin fijarme un telediario, mientras tengo a fuego lento una cosita que promete, me pregunto si esta noche me dejaré llevar por lo primero que encuentre en un zapeo irresponsable o si rebuscaré en la torre de cosas por ver, que tengo una lista que no es pequeña...
(La semana próxima, por cierto, será breve.)
He desayunado unas porras más bien gomosas, he comido un bocata de los de bareto de toda la vida, sobre barra de zinc y con tercio de mahou, he ido y he venido, he mirado los periódicos un poco por encima y he visto a más gente que en la guerra. Lo que es un domingo de trabajar, vamos...
Y ahora, mientras me bebo una cerveza fría y escucho sin fijarme un telediario, mientras tengo a fuego lento una cosita que promete, me pregunto si esta noche me dejaré llevar por lo primero que encuentre en un zapeo irresponsable o si rebuscaré en la torre de cosas por ver, que tengo una lista que no es pequeña...
(La semana próxima, por cierto, será breve.)
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