jueves, 18 de junio de 2009

breviario de tengo prisa

Visto lo visto, se presentan los tebeos más deprisa de lo que puedo llegar a leerlos, ya lo ven. (Por no hablar, claro, de las presentaciones que se me ha ido olvidando reseñar aquí, que no son pocas...) Llega el verano y habrá sequía, supongo, de papel. Y menos mal, que no doy abasto...

Mientras tanto, dudo si aventurarme con la cosa sueca de Stieg Larsson (debe tener una diéresis en alguna parte, pero lo dejamos así) ahora que ya todo el mundo lo ha leído, o si jugar un rato con cositas más ligeras (y de menos páginas).

Y la calor es una cosa de ponerse serios ya, ¿eh?

6 comentarios:

JJP dijo...

A mi, el Lärson ese no me gustó.
Nada.
(No sé si por lo mal escrito o lo mal traducido, o por ambas cosas)

Permítame que le regale una sugerencia, en su lugar:

El país de miedo, de Isaac Rosa.

Maravilloso.

fcnaranjo dijo...

Tomo nota, que tenía curiosidad al respecto.

Gracias.

Alfred dijo...

Yo, puestos a leer novela negra sueca y sin querer menospreciar al difunto Lärson, al que todavía no he leído y no sé si llegaré a leer, pillaría algo de los padres de la cosa, es decir, del matrimonio compuesto por Per Wahlöö y Maj Sjöwall, que poco debían sospechar, me temo, cuando crearon al bueno del inspector Martin Beck allá por los años 60', que algún día el género negro se cultivara tanto por aquellos lares, donde tan poco habitual era hasta entonces, y que todo lo que llegara de allí, en semejante materia, sería tan bien recibido en paises tan lejanos como, pongamos por caso, España, algunas décadas más tarde.

En el catálogo de RBA, por si le interesa, tiene usted algunos de los títulos que protagonizó el citado Martin Beck. Yo, los que he leído, me gustaron; más no le puedo decir.

Un saludo.

Mar dijo...

A mi me gusta mucho...

Lorenzo F. Díaz dijo...

Que no te asuste la extensión. Se lee el doble de rápido que un Harry Potter, aunque no tanto como El Código Davinci, y una calidad, a Dios gracias, más cercana al primero que al segundo, aunque se queda muy corto.
Buena literatura no es, pero sí es un relato estudiado y estructurado, escrito con fluidez y frases cortas, fácilmente comprensible, donde se repiten las cosas todas las veces que haga falta para que sea digerible (aunque no demasiadas), con una resolución moral aceptable para los bienpensantes. Falsamente transgresora y con personajes sólo aparentemente radicales.
Vamos, que es una lectura entretenida y llena de suspense que se le puede dejar a tu madre, donde todo se basa en una historia que empieza de forma sencilla y se complica de forma grotesca pero lógica, estructurada hábilmente para que se beba de un tirón.

He dicho.

fcnaranjo dijo...

Palabra de Lorenzo...

;-)