lunes, 14 de diciembre de 2009

breviario de qué frío


El día fue ayer largo, y se prolongó durante la noche y hasta bien entrada la madrugada, que al final diciembre es corto y apetece reír un rato con tu gente. Me volví a casa con un puñado de momentos en la cabeza, de los de no olvidar en un tiempo, y con el olor a invierno en la ropa.

Y hace un rato le he cambiado el cebador al fluorescente de la cocina, que llevaba ya días jugando a no estoy y me tenía más que nervioso. La mañana de nieve se ha diluido en un cielo azul hielo y me da que poco va a hacer el sol para quitarnos el frío de los huesos hoy...

Está el día perezoso, ¿verdad?

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