El pasado domingo, el arzobispo de Granada pronunció unas palabras que, en frío y desde la distancia, podrían sonar a puro disparate... pero que no dejan de ser una bofetada en la cara no ya de los políticos (que ya ves tú), sino en la de todos los que no querríamos tener que retroceder a la "preciosa Edad Media" ni consideramos que haga falta un Dios del que emane ninguna libertad, porque la libertad debe ser otra cosa, creo. (Desde luego, no lo que este señor y los que como él piensan sostienen...)
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