Mientras aquí la caverna señala a una cadena de televisión y a un humorista a propósito de la agresión a un periodista, cargado el dedo de señalar de pura demagogia y cosas peores, me encuentro con que en otros países la demencia ha llegado a extremos de puro surrealismo: según leo en Boing-Boing, las fuerzas antiterroristas británicas han pedido a los trabajadores de las guarderías del país que no pierdan de vista a los niños y les avisen de cualquier señal de radicalismo islámico. (Sí, niños de hasta cuatro años.)
Yo ya no sé qué pensar de nada...
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