Además, R hizo TARDIS-cake de chocolate para celebrar mi cumpleaños (sabe bien que soy muy soso y nunca llevo dulces): que no se me olvide decirle que la quiero el próximo día que nos veamos.
Y, para ponerle la guinda a la jornada laboral, apagón, las luces que van y vienen, alarmas que saltan, ordenadores que parpadean y van a negro, desalojo de algunas salas, la gente que pide que les devuelvan el dinero... y venga, y dale... Un domingo de los de acordarse.
(PD.- en el camino de vuelta, también ligeramente accidentado, la guinda, ahora sí, del día: mensaje de mi amiga B, que me manda recuerdos y un beso gordo de su hija de diez añazos. El mejor epílogo, ya ven.)
1 comentario:
(o·_·o) Eso no me lo dices a la cara! :P
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