Con ustedes, claro.
Sí, he vuelto.
Y, como estoy un poco torpe (o algún gremlin digital no me deja trastear aquí), abajo les dejo un par de imágenes. La una, de una de esas exposiciones que no deberían perderse. (Se abre al público el martes próximo: aún tienen tiempo.) La otra, de una invitación a la rueda de prensa con que Sinsentido presenta, en el local de la calle Válgame Dios, su apuesta última: el Gran Vampir de Sfar. Será el martes, ya digo. A las 11 de la mañana. (Ejercerá de maestro de ceremonias Juanjo de la Iglesia...)
(El lunes anterior, por cierto... es decir, mañana, el autor firmará, también en el Espacio Sinsentido, a partir de las 8 de la tarde...)
Una vez cerrada la agenda social, qué les puedo contar. Largo fin de semana. Esta mañana he trabajado. Y, por supuesto, he vuelto a dormir malamente... Cosa de una incipiente congestión nasal que empieza a tocarme las narices (perdón por el chiste barato). Cosa de ese miedo instintivo a no oír el despertador, cuando uno debe madrugar. Y cosa de un montón de energúmenos que han estado aullando a eso de las cinco de la mañana en la acera, al ladito mismo de mi portal...
¿Más? He estado viendo en la televisión, tras la comida con vasito de vino y fresas de postre, el Deep Impact de Mimi Leder: impresionante película que mejora con cada nuevo pase.
¿Más aún? Que mi pedido de Previews va a ser legendario, este mes.
O que ya ni sé si hace frío o calor.
Y que la novela está llegando a un punto de máximo interés, con todos los personajes a punto de encontrarse y un evento de probables consecuencias cósmicas (o algo) a punto de tener lugar. (Hablo de Murakami y su Kafka on the shore, no sé si recuerdan...)
Y que igual convendría ir pensando en hacer algo de cena. (Y la colada, ay... que va siendo tiempo.)
Marzo se precipita cuesta abajo, ya... (Y fíjense en la fecha, caray...)