Que ya ven, no me deja la máquina trastear con la ilustración que les he puesto aquí debajo... (O igual estoy yo, todavía, torpe... como ayer. Sí, seguro que es eso...)
Venía a cuento la cosa porque, después de leer el libro en cuestión, sobre guión de Seagle, me he sentido más que decepcionado: cabreado. Un buen montón de páginas en las que se cuenta, un poco por encima, un amago de crisis existencial sufrida por un guionista al que de repente le cae del cielo la oportunidad de encargarse de escribir Superman. (Ah, pero resulta que, de pequeño, leía tebeos de ese personaje mientras su abuela moría de no sé qué enfermedad hereditaria, oh, cielos...)
Superficial. Fácil. Un poco... psicología para bobos, le comentaba esta mañana a Lorenzo. Una cosa como de Muy Interesante. No, peor... porque, además, está resuelto con el convencimiento, con las maneras, de quien elabora poco menos que la obra de su vida...
¿Kristiansen? Brutal a ratos, en piloto automático en algún momento... deslumbrante, en alguna página.
En fin, sí: decepcionante, en general. (El libro, digo.)
Por lo demás, lunes de mucho hablar. Tengo Zatoichi en casa, y unos cuantos tebeítos apetitosos: el último Promethea, sin ir más lejos. Ya les contaré...