Nuevo título de Stanislaw Lem, santo patrón de esta bitácora. Esta vez, en la pequeña Editorial Funambulista. Dos textos en la línea de los que aparecieron en Vacío perfecto o Un valor imaginario: críticas de libros ficticios. Recuperar la prosa afilada del maestro polaco ha sido, sin duda, la sorpresa del día...
Por lo demás, he dormido hoy de verdadero asco y me quedan, a estas horas, poquitas ganas de nada. Ni de escribir, ni de leer... ¿Igual va a ser la primavera? Esa cierta desgana...
(En cualquier caso, tengo las pilas puestas: hay que terminar los deberes. Las cosas están claras ya, viñeta arriba o abajo... Cosa de unas horas poniendo orden entre los garabatos y un par de sesiones delante de la pantalla del ordenador...)