Llevo un par de semanas que ni sé bien en qué día vivo. ¿Es jueves hoy? Que si domingos trabajando, que si días libres entre semana, a destiempo (si puede recibirse a destiempo un día libre, que más bien no: una manera de hablar).
Y esta mañana se me ha ido entre papeleos diversos. (El optimismo de Pig Pen me rebosa: en todas las ventanillas he encontrado, de un tiempo a esta parte, gente amable que me echaba una mano e incluso me indicaba cosas que se me habían escapado a mí y que facilitan mi peregrinaje burocrático.) Y luego, después de comer, a comprar, que se había acabado el vino y se habían terminado los pepinillos, los tomatitos y la mozzarella.
Y qué bochorno, además.
Estoy cansado, en fin...
(Y mientras tanto, y si me permiten el apunte, descubrí anoche otra teleserie de las que me enganchan: de serie B declarada, con su multiconspiración global, con sus ciudadanos de bien siempre dispuestos a transformarse en turba linchadora, con sus referencias a la historia secreta de la investigación genética, con sus monstruos y sus adolescentes con poderes o algo... y un buen puñado de etcéteras de los que me ponen los dientes largos. Se titula Surface y la emiten en la Sexta los martes por la noche. Material de derribo autoconsciente y jugoso, género asumido con la cabeza alta. Avisados quedan.)
1 comentario:
De acuerdo estoy.
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