La acera de sol, que cada vez dura menos tiempo caldeada. Es la acera de mi ventana, y el sol está ya a punto de esconderse detrás del bloque de enfrente.
Y suenan New Order, que son muy de domingo por la mañana, me parece a mí.
Y me gusta echar agua en el alféizar de cada ventana (que hacía falta; con la obra del patio y eso, está todo que da un poco de asco), el ruido del derramarse, el espejeo del sol, el olor a húmedo repentino.
Y abrir la olla, ver cómo ha quedado el guiso, cortar un poco de chorizo para rematar con una cocción lenta de media horita, a lo mejor. Poner a enfriar (un poquito, veinte minutos, lo justo) una botella de vino tinto.
Eso: domingo.
Y suenan New Order, que son muy de domingo por la mañana, me parece a mí.
Y me gusta echar agua en el alféizar de cada ventana (que hacía falta; con la obra del patio y eso, está todo que da un poco de asco), el ruido del derramarse, el espejeo del sol, el olor a húmedo repentino.
Y abrir la olla, ver cómo ha quedado el guiso, cortar un poco de chorizo para rematar con una cocción lenta de media horita, a lo mejor. Poner a enfriar (un poquito, veinte minutos, lo justo) una botella de vino tinto.
Eso: domingo.
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