miércoles, 4 de febrero de 2009

pasando lista


A es muy delgada y siempre me saluda con un abrazo. Es buena gente, de la de verdad: buena, buena gente.

AG es también delgada y alta, y transmite una suerte de permanente celebración del caos que resulta estimulante y es que te tienes que reír.

R es la más alta, a lo mejor, y dibuja a pulso con ratón y Paint, y está enganchada a mis series y tiene esa tendencia a fotografiarse con espejos, reflejos y sombras.

Hay una G rubia y dulce, tan buena gente que cuesta creerlo. Y está E, que ahora anda en pleno descubrimiento de Gaiman, de los Alien y de la vida con una rotura de ligamentos; polvorilla y en bici: feminista y de las mías; de las nuestras, vamos.

Y hay otra A, que cumple los años el viernes y tiene un aire un poco elfo travieso. Y hay, de refilón, una M asturiana que es puro nervio: vuelve a toser, va a haber que mantenerse a una distancia ahora que estoy casi curado.

Hay más: alguien que parece perseguida por una vida que no quiere, por un poner... (Nadie antes me había dicho que su vida es una mierda... no, al menos, con tanta convicción. Nunca ve la televisión, solamente ve cine antiguo: un cliché.)


A vuelapluma.


Y luego están los demás, las demás. P, que ahora ya no ríe tanto (cosas tristes, de hospitales y quimioterapias). M; sobre todo, M, que me alegra cada día y hoy me ha llevado de la mano hasta una joyita de papel y de Sabatini, de espadachines, de la editorial Molino.


Cada día. (Que me gusta mi trabajo, en fin... Más de lo normal, o no sé: por ellas. Por todas, pero sobre todo por algunas.)

2 comentarios:

AnnieChristian dijo...

Un tipo afortunado.

fcnaranjo dijo...

Ciertamente, no me puedo quejar.

Buenos días. (Y eso que hoy ha amanecido un día asqueroso aquí, que llueve a mares y hace un frío que pa qué...)