La semana avanza despacito, con mañanas más espesas de lo previsto y un frío que no estaba en contrato, vamos a ver... Pero hoy me he enterado de que la amiga A ha encontrado trabajo en lo suyo, que es diseño de moda o como venga a llamarse ahora, en una de esas tiendas/franquicia que llenan sus locales de muchachas lánguidas y me ha alegrado mucho saberlo, porque es la mejor y, además, se lo merece todo... pero, si uno se para un momento a pensarlo, cómo se la va a echar de menos, ay...
En fin, eso. Que me he comprado el tomito de La familia Cebolleta y La conversación (la peli de Coppola)... en el mismo kiosco, al ladito de la esquina de los gatos. Que ha habido reunión de vecinos y he llegado tan tarde que habían ya terminado... y entenderán que me importe bien poquito. Que mañana hay asamblea informativa en el trabajo y acudiré, bueno, a ver, cómo no... pero tampoco llegaré el primero, que, en fin, vamos a ver... que me lo sé todo y a cuento de qué escucharlo todo desde el principio otra vez...
Y que, sin salir del curro, vaya mierda... o, mejor explicado: vaya montón de mierda se va acumulando, y me van a perdonar la franqueza. (Y no hablo de los baños atascados... aunque no deja de ser una imagen emblemática, no sé si me explico.)
¿Qué más? Por hoy, nada... pero ya mañana les cuento, si les parece... (Bueno, y que a finales de mes andarán por aquí, por Madriz y por mi curro, la Bruni y su marido, el francés con ínfulas... Y si eso les doy detalles... en su momento.)
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