Veo las imágenes del entierro multitudinario de Víctor Jara. No he escuchado que nuestros obispos, ni el Papa, hayan pedido perdón por apoyar a su asesino (y asesino de tantos), el gusano Pinochet. Ya es triste que tenga que venir el Bono más meapilas a recordarnos que nunca se le negó la comunión. (Claro que, teniendo en cuenta que se le siguen ofreciendo misas a Franco, qué se puede esperar...)
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