Ayer la tertulia fue multitudinaria, y trajo abundantes comentarios jocosos, risas y noticias. Amén de algunos libros y una comida de persona adulta (unos callos, sin ir más lejos, de los que hacen que a uno le brote pelo donde no lo tenía) que se prolongó hasta que casi caía la noche. Después, un licor rápido y de vuelta a la baticueva, que había asuntos de vecindad por resolver.
Hoy casi ha pasado el día en el edificio Baxter, que he comprado una escalera de buena mañana y cuando la he llevado me he encontrado con el operario de Latveria que estaba trabajando en la cocina, y entre unas cosas y otras la ha dejado (casi) lista, a falta de un par de detalles, a media tarde. He comprado luego un flamante cubo de basura y me he dado una vuelta por el mercado más cercano, para pistear un poco: apunten, que hay un sitio donde venden empanadas con relleno de morcilla y pimientos, de setas y de otras apetitosas viandas... ya les iré contando, conforme vaya abriendo líneas de investigación.
Por lo demás, mañana volvemos al trabajo, a ver cómo se presenta la semana...
1 comentario:
Te ha quedado muy colorido el laboratorio hermano...
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