Buena mañana.
Porque hacía fresco (que a mí me gusta, no se dejen engañar), porque hacía sol, porque en la librería había muy poca gente y he podido curiosear tranquilamente. Avalancha de novedades... aunque cada vez, debo admitirlo, me provoca menos curiosidad qué pueda o no salir al mercado. Están, sí, dos o tres títulos de Sinsentido, hay un nuevo álbum de La Mazmorra, hay qué sé yo qué más (lo de Bonelli, cosas de Dolmen: atención a Kane; Norma...).
Personalmente, me he retirado, contento, con el segundo 20 Century Boys, El viaje (Baudoin, Astiberri) y una exquisitez de Ulf K. Les contaré este fin de semana, cuando tenga tiempo de escanear y leer (no por ese orden, claro...).
Luego, en Moyano (se han trasladado, qué remedio, al Paseo del Prado, en la verja misma del Botánico; los puestos de libros, digo; ganan con el cambio; ganamos todos: los libreros y nosotros, los de paso), curioseando, he encontrado El Napoleón de Notting Hill. Chesterton. Otra debilidad, qué les voy a contar. Edición, de aire clásico, de Pre-Textos.
Una vez comentada la bolsa de la compra, poco más queda por añadir hoy. El ambiente, en el trabajo, se masca; amargo, claro. En casa, ante la oferta en televisión, optamos por más Urgencias; ya quedan pocos episodios por ver de la Segunda Temporada. (Mejor: el mes próximo se comercializa la Tercera.)
(Una vez acabemos con este bloque de médicos, nos dedicaremos a los enterradores: he conseguido la Primera Temporada de A dos metros bajo tierra; justo a tiempo para que salga a la venta la Segunda, ya sé...)
Se nos acaba el mes y Diciembre se nos viene encima como un ciclón...
Mañana, más.
O no...