Hay como una rasgadura en las nubes justo arriba de mi ventana, ya ven; el cielo azul queriendo, a lo mejor, asomarse a mirar, no sé...
Y hay también... otra rasgadura (incluso varias, muchas, se abren y se cierran por cualquier cosa, por tantas cosas...), por la que se pierden las ganas de casi todo. A ratos.
Salir, caminar, no retroceder. A cara de perro. Habrá tiempo de que nos paren. Habrá tiempo de morder el polvo. (Y siempre queda, después, escupir, renegar, patalear, reventar.)
Frases derramadas y una ventana. Y el día por delante. (Y pocas ganas...)