La mañana de hoy ha sido memorable.
He podido acercarme a ver la exposición Flores de Edo, de grabados y libros japoneses. Está en la Biblioteca Histórica de la Universidad Complutense, en el número 3 de la calle Noviciado. Al ladito de la Gran Vía.
¿Si me ha gustado? Sí, mucho... Es una experiencia extraña ver detrás de una vitrina, ahí mismo, algunos de esos grabados que uno ha admirado en libros y postales desde hace tanto tiempo. Es un subidón.
Sorprende la viveza de los colores. Sorprende la sutileza, el gusto en la composición, la armonía... ya saben, sería largo (y aburrido) repetir lo que todos sabemos.
Sorprende, atención, que se haya editado un catálogo más que digno por sólo 15 euros. (La cubierta ha estado aquí colgada unos minutos... hasta que he descubierto que el muaré no es mi amigo, por así decir... Algo haré antes del domingo para que se hagan una idea...) Encuadernado en tela. Sobrio. Muy bonito.
La exposición termina el 10 de enero; procuren, si pueden, no perdérsela: merece la pena.
Después, comer y a casita. (No, hoy no tocaba trabajar...)
Y hacer un poco de compra.
Y leer un poco. Escanear alguna imagen para ir compartiendo aquí con todos...
(Dejo arriba el enlace a la web de la exposición, por si alguien se anima a curiosear...)