Sí, aquí al lado, en la columna donde tengo los enlaces (desordenados, a lo mejor un poco arbitrarios... o no). El Mecanógrafo ya no está.
Su autor se ha cansado, parece. Ha decidido no seguir. (Por ahora, al menos.)
Yo, por otra parte, estoy cada vez más enganchado al formato, a este contacto diario con un supuesto lector ahí, al otro lado de la línea, de la pantalla, del teclado.
Confío, compañero, en que antes o después vuelva a su máquina de escribir.
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Por lo demás, y como adelantaba esta mañana, ha tocado incursión en gran superficie para rellenar la despensa de viandas sabrosas.
Continúo, ahora, con alguna lectura. Y tomando notas: hay un texto que alguien espera desde hace semanas. Bastantes. Va tomando forma; parece que voy teniendo, por fin, la cabeza más clara.