Anoche nevó.
Uno se queda siempre mirando, cuando ve nevar. El borrón amarillo de la luz de las farolas.
Y el frío...
Esta mañana daba mucha pereza levantarse. El sol entraba por la ventana (aún está ahí, ilumina el teclado), pero los cristales estaban fríos, muy fríos.
Las manos heladas mientras compro el pan, el periódico. (Aguda, la columna de hoy de Mendoza. Bonito, el artículo-contraataque de Trapiello; esperemos la respuesta de Marías, que cada día está más señoritingo, aunque me duela admitirlo...)
Suena el primer LP de DJShadow. En unos minutos saldré a la calle otra vez.
Lunes.