miércoles, 1 de diciembre de 2004

segundas partes... ¡¡ja!!

(Y segundo intento: las voraces simas de Blogger...)

Que, al final, siempre hay alguien que conoce a alguien que.

Noticia, en fin, del incidente en el Arqueológico glosado, con su habitual furia (y no poco ruido, aunque muy pocas nueces) por el señor Reverte. Noticia de primera mano.

La parejita de presuntos estudiantes que se rebuscaban monedas en los bolsillos, los pobres, para pagar los desproporcionados tres euros de la entrada, esos modelos de vocación y amor por el conocimiento, eran, a la sazón, la hija del propio escritor, que se había comprado el catálogo con la VISA, y su noviete. Lo cual proporciona, estarán conmigo, una perspectiva inédita sobre el numerito en cuestión. Y sobre la rabieta del señor Reverte.

Hay que joderse...


**********

Esta mañana, en el metro, he sustituido la lectura (apasionante, por cierto) de Gormenghast por la de la prensa: esas declaraciones de ayer de nuestro ex-presidente. Grotescas, sí. Y nada góticas. Pero apasionantes, también: como ficción. (Pensar que el del bigote y su jauría de verdad piensan todo eso que dicen... da miedo. Y vergüenza.)


**********

Y, para no abandonar el terreno de la vergüenza... pero no, mejor no hablo del trabajo. Hoy no: demasiado encabronado.