El sabor de unos labios pegajosos de carmín y de caramelo, olor a vainilla, pelo revuelto, un tebeo abierto sobre la cama sin hacer.
Y discos de vinilo.
Y medias negras. Y fumar a escondidas.
Mirar la luna desde la ventana abierta. Escuchar a Juan de Pablos.
Dormir sin almohada, amanecer con el camisón a la altura del ombligo.
Llorar de risa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario