martes, 6 de julio de 2010

breviario a martes pasado


La cosa fue bien. Éramos pocos, pero animosos y con ganas de hacer ruido. Incluso bajo un sol de justicia. Por lo demás, la tarde ha ido bien: rápida y pelín estresante, con mucho bullicio y una chica nueva en la tripulación (que se estrenaba, la pobre, el peor día). A ver si mañana la cosa se serena un poco, que tengo la cabeza para poco lío y muchos deberes todavía por hacer.


Mientras tanto, en las tinieblas exteriores, los de siempre dicen que pasan de acatar y hacer cumplir una ley que, no por recién estrenada, deja de ser ley... y, oigan, que mucho ruido y mucho pero hombre mire usté... pero a la larga no pasa nada. Qué cosas.

Bueno, sí. Y que estoy muy cansado de la calor. Casi tanto como de la Roja, de Nadal, de los motoristas y demás héroes nacionales. Que me tienen muy harto. (Y los Sanfermines, más... y todavía no han empezado. Estoy esperando que alguien reivindique la boina como seña de identidad española, que ya van tardando, joder.)


Buenas noches. (Si es que pueden dormir...)

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