martes, 20 de julio de 2010

gijón 2010: agenda

Llegué el jueves a eso de las 15'30 a la estación de autobuses: nos esperaba Carmen, con sus gafas de sol y el cronómetro a la vista, que en media hora tenía que ir a recoger a otra gente. Buen hotel cerca del recinto de la Semana, tranquilo y con restaurante bien atendido. Después de comer y descansar un poco, cambio de camiseta y en marcha. Saludar a Diego, que andaba ya un poco cansado, tomar con él una cerveza. Como siempre, mucha actividad, mucha gente, muchos libros. Buena exposición de 100 Balas con originales deslumbrantes de Risso. La cena, con Norman Fernández y Pepe Gálvez, unos uruguayos jocosos y unos italianos muy italianos, un escritor joven y su novia transparente...

El viernes amaneció lluvioso y gris. Mañana turística con el batiparaguas bien a mano. Menú de tres platos espectacular, con su poquito de fabada y su pulpo a la brasa y su bonito con pisto y en fin, no les canso... Paseíto de nuevo hasta el hotel, un poco de siesta y de vuelta a la Semana. Charlas, presentaciones, saludar a gente. De cena, luego, con Jesús Palacios y Jorge Iván, con Sergio Bleda y Alberto López Aroca , con Marco Navas y su chica, con Germán, con Carmen y su chico, con Ricardo Dibbuks, con más gente. Café con tertulia conspiranoica después, paseíto nocturno hasta el hotel.

El sábado fue día de sol y cielo azul. Desayuno con Marta Cano, recién llegada. Paseo de rigor, fotos desde arriba del todo (la cosa de Chillida, ya saben... y mi vértigo, que cada día va a más...). Raciones de parrochas y lacón, cerveza fría. Capricho muy dulce de postre y de vuelta al hotel, que a las cinco de la tarde tocaba tertulia sobre Futuros narrativos en la Semana y mejor no acudir amodorrado... Allí se habló de muchas cosas, que había gente con cabeza bien amueblada (Yexus, Laura y Altarriba, Bleda, David López, Gálvez, Ricardo Dibbuks, Ángel de la Calle, que ejercía de anfitrión y maestro de ceremonias). Se habló de muchas cosas y yo conseguí no abrir la boca, que con toda esa gente poco quedaba por decir... Avanzó la tarde luego y quedó tiempo para más tertulia, informal. Para saludar a Cristina, que cada año está más guapa. Para volver a encontrarse con Marco y su chica. Para asistir a la presentación, a cargo del gran Roberto, de un tebeo italiano que promete, de Davide Osenda. Para, en fin, la ceremonia de presentación y reparto del libro Pepsi de este año (Los olvidados). Y para peregrinar en busca, ya casi a media noche, de un lugar donde cenar con muchos de los citados y alguno que olvido ahora.

El domingo fue día de ralentí, con paseíto matinal contra el viento (que sopló como en las películas), pulpo a la gallega y pastel de cabracho, café con hielo y autobús de vuelta a Madriz, donde desembarcamos a eso de las 23'30, en plena calle de la Princesa y con temperatura inhumana.


¿Resumen? Pues eso: buena gente, buena comida, charlas, risas. Que vuelvo a casa requemado por el sol y el aire del mar, casi crujiente. Que muchas gracias a todos, qué caramba. Y que no sé qué hacen todos ustedes que no se apuntan a darse una vuelta por allá: del año próximo no puede pasar.

3 comentarios:

R dijo...

Mis amigos no frikis tiraron de mi en el sentido opuesto tentándome con jugosos manjares... y una es friki comiquera, pero friki culinaria ante todo :)
Si el año que viene estoy por ahí intentaré ir :)

fcnaranjo dijo...

(Por cierto: bazinga!)

:-)

Alberto López Aroca dijo...

Yo me perdí la charla conspiranóica...
Encantado de conocerlos a usted y su señora.

(Las vistas desde el 44 son espectaculares, pero no han llegado a inmortalizar el Bar Bueno, que estaba enfrente: antológico).

Un fuerte abrazo desde AB,
ALA