Hoy he comido fuera y muy bien, que había cosas que celebrar, y he dado un paseíto breve, que la calle hervía.
Y la tarde se va yendo en beber tragos de agua fría y rellenar la botella y guardarla otra vez en el congelador, bendito invento.
Y leo
Piel de fantasma, del amigo
Marín, que le tenía ya ganas.
Y a ver si esta noche se pudiera dormir un poco regular, tampoco pido más...
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