Mientras el Desfile de la Victoria continúa y en casi todas las televisiones no se puede ver otra cosa, me paro un momento para contarles que sigue haciendo un calor de querer morirse. Y, ya que estamos en la conversación, les cuento también que esta mañana he ido a comprar un juego de sartenes, que he ido arrastrando a lo largo del día como un pequeño Sísifo. Les cuento que me pasé (antes de las sartenes, menos mal) por el Espacio Sinsentido para hacerme con el último de Jack Mircala, que todavía no había podido leer, y para, ya de paso, echar un ojo a la exposición de Sonia Pulido, que es una belleza: merece la pena que se acerquen.
Y les cuento que he estado viendo un par de episodios de Pushing Daisies (Criando malvas, aquí), para equilibrar un poco el día. Se me había olvidado lo mucho que me gusta la serie.
¿Qué más? Poco más. Que a ver si esta noche puedo pegar ojo... (Bueno, sí: que ha muerto Harvey Pekar. Mala noticia...)
1 comentario:
Tiene una pinta genial... a lo mejor me paso y me hago con el de Siniestras amadas... puede estar muy bien, verdad?
:)
Pequeña E
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