jueves, 6 de enero de 2005
lista de espera: un post esnob.
Demasiadas páginas... tan poco tiempo...
Déjenme que presuma, hoy, de lecturas exóticas. (O, más bien, de lecturas que serán. Esas cosas que aguardan sobre mi mesa, a los pies de la cama, detrás del sillón... Libros, en fin, por leer. Exóticos, sí; a lo mejor.)
Nada, cosa de unas líneas.
Por ejemplo, tienen aquí arriba la cubierta de Las aventuras del Rey Mono, editado por Siruela en un único (y muy sólido) volumen de unas 2000 páginas, de las que llegué a leer este verano un par de cientos. La experiencia de llevar el libro en el metro el primer día de trabajo me dejó con una muñeca casi esguinzada y el convencimiento de que había que leerlo en casa. ¿Resultado? Pues que ahí está, a la espera de que tenga unas horas, o unas semanas (o unos meses), para dedicarle. (Verano, me temo... Hasta entonces, nada que hacer.)
El libro es excelente: divertido, emocionante, lleno de fantasía.
Pero pesa, ay, un quintal.
Si siguen ustedes ahí, para cuando llegue el verano les contaré.
¿Otro ejemplo? El Acantilado editó en 1999 el Sueño de Polífilo, de Francesco Colonna, en versión de la exquisita Pilar Pedraza: fue su nombre en la portada lo que me empujó, hace unos meses, a comprarlo. Un relato laberíntico, publicado originalmente en 1499. Una excentricidad fantástica y enigmática. (Un tomo de 700 páginas, en fin. Lo que el amor por una escritora hace...)
No, no les puedo dar fecha de lectura. A saber.
Más cosas. Por ejemplo, y volviendo a Siruela, Sobre errores vulgares, de Thomas Browne. (O, como diría Marías, sin duda, Pseudodoxia Epidemica, de sir Thomas Bowne. Que suena, qué duda cabe, mucho más erudito.) Un libro fascinante, heterodoxo y heterogéneo, que confío en leer, este sí, en poco tiempo, una vez rebaje el montón de pendientes ineludibles.
(Por no hablar, claro, de Proust, que están recuperando a lo grande en Valdemar, de releer a Cortázar, de... Ah, qué verbo: releer. Tampoco sería mala cosa conjugarlo más a menudo: Cortázar, sí, pero García Márquez y Stanislaw Lem, Henry James, Machen, Baroja, qué sé yo; Tanizaki. Lo decía un poco más arriba: demasiadas páginas.)
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El jueves corre ya, en sprint final, hacia el viernes.
Se acaban ya las fiestas... por fortuna.
(¿La vuelta al trabajo? Inminente. Ya va siendo hora: el óxido se me acumula por dentro.)