agua

Vuelve la lluvia, se esconde el frío y se camufla el cielo. En las aceras, barro y basura húmeda. Uno vuelve de comprar el periódico empapado, a pesar del paraguas... y, precisamente por los paraguas, que no te saquen un ojo es casi un triunfo.

Ah, diciembre...


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Fin de semana expocomiquero... Habrá, imagino, relativo silencio en las páginas cercanas, hasta que sus responsables regresen. (Eso, los que hayan podido viajar a Madriz... o a Getxo, que celebra sus jornadas historietiles también estos días, por esas cosas de la coincidencia temporal... y, a lo mejor, porque ya van quedando pocos fines de semana sin eventos...)

Aquí no encontrarán, me temo, noticias de unos actos ni de los otros. No voy a Expocómic desde hace tiempo. Por pereza, sobre todo. Por falta de tiempo, también. Porque lo que en su momento vi no me convenció... (y no hablo de cosas raras: no me gustó el local, no me gustó cómo estaba resuelta la escenotecnia, ni cómo estaba desaprovechado el espacio, ni cómo se trataba al público... Hace tiempo, sí; y no son ya la misma gente, creo. Pero.)

Pero vamos, que lo principal es, como siempre, la pereza... (Y la lluvia, este año.)


Ah, pero, a cambio, es posible que les hable de algún que otro libro, de un par de tebeos, del tiempo, de las muchachas que me cruzo en la calle, de Las Gilmore, de Tezuka, de música pop, de vino, de pintura, de los amigos... qué sé yo... (Lo de siempre, en fin...)