Todo el día las he tenido frías, las manos. Porque el sol calentaba, sí, pero sólo un ratito, sólo cuando te daba en la piel. En la acera de sombra, frío. En el bar, que tiene un aire de cueva o de bodega, frío; mucho.
Manos frías para empezar el año, en fin.
La charla caldea el ambiente y calienta la boca y hace que uno no piense en las manos frías. Una charla sobre televisión, claro. Y sobre tebeos, últimas noticias del mundillo, alguna lectura reciente. Y sobre amigos viajeros.
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