Hoy vamos a ritmo lento, que es día de asueto y el sol me está dando en el cogote mientras tecleo, y eso alimenta la pereza como no se hacen una idea.
En lo anecdótico, comentarles que anoche me quedé cuajadito en el sillón viendo la segunda entrega de Mentes criminales. Que sí, que llevo días durmiendo malamente, que el fin de semana me dejó más cansado de lo normal, que ya no soy quien era... pero el caso es que me quedé como un cesto, y eso confirma que la serie no cubre los mínimos exigibles, a pesar de toda mi buena voluntad y Mandy Patinkin. Al destierro con ella, pues.
En lo jubiloso, les aconsejo que pasen por aquí y celebren, con la señorita y los Grandes Antiguos, el aniversario de la muerte de HPLovecraft. Yo, para unirme en el duelo, llevo toda la mañana escuchando Catástrofes del corazón, el disco publicado por Alphaville en 1995 y que incluye joyas como El modelo de pickman, La escalera o De máscaras y enigmas.
En lo admirable, conviene recordar que la gente de Entrecómics, inasequible al desaliento, lleva días dedicando sus esfuerzos a la última hornada de historietistas gallegos, con jugosas entrevistas a gente más que interesante. Hoy, por ejemplo, con David Rubín. No se lo pierdan.
Por ahora, poco más. Luego vuelvo.
7 comentarios:
Ingatigable usted, señor naranjo, que con el solecito y todo tiene el tiempo y las ganas de seguir leyéndonos!!
besitos más
La suya es cita obligada, señorita... con solecito o sin él...
Yo también vuelvo...
Saludos!
Ya te he visto, vestida de azul... ¡Buenas noches!
Hace tiempo que no vemos ya "Mentes Criminales", se nos acumula el trabajo con otras series y no da para más.
Ay mi adorado Lovecraft... tendré que releer por lo menos para celebrarlo. Tomo nota de la música, sí...
Besos!
¡Que esto está betablogueao y no me había dado cuenta! Me encanta la foto con el gato :)
A mí también...
Por cierto, y con respecto a la música: cuidadito, que no es el grupo alemán de radiofórmula. Los Alphaville de aquí llegaron antes y son más interesantes. De cuando los de "la movida" descubrieron a Beckett, pero también a Poe... y a Lovecraft, claro.
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