Escuchaba hace un rato, mientras fregaba los platos, un arrebato de tormenta que ha azotado la calle durante... no sé, cosa de cinco minutos. Una bocanada de aire fresco ha entrado en la cocina, olor a tierra mojada, ya se hacen una idea...
Pensaba, mientras aclaraba la espuma con agua fría, en nada concreto. Frases escuchadas en el telediario, leídas en el periódico... y se han encadenado una y otra noticia: por un lado,
Rociíto que tiene ya la ansiada nulidad eclesiástica de los suyo con el ex-picoleto y puede, por tanto, casarse otra vez (por la Iglesia, claro, como Dios manda); por otro, los casi quinientos mártires de la Guerra Civil que se van a beatificar este año de memoria histórica y conciliación...
Para contrarrestar tanto hipócrita incienso, después de dejar la cocina recogidita y la ventana entreabierta, que entre el aire húmedo de la tarde, hojeo
El espejismo de Dios, de
Richard Dawkins, que llevaba unos días buscando y pude, por fin ayer, comprar y traer a casa. Había leído comentarios elogiosos de
Muñoz Molina (cuya opinión, en principio, me resbala un poco... pero) y de
Arcadi Espada (de demostrada y orgullosa militancia laicista), y le tenía bastantes ganas. Hojeado el libro, me confirma en mi pálpito inicial: leerlo va a ser una fiesta, sin duda; les iré contando. (Está editado por Espasa Calpe y, no sé por qué, no lo he visto en escaparates ni mesas de novedades; he tenido que buscarlo en las estanterías, en las peligrosas secciones de ciencias humanas, religiones, espiritualidad... glups...)
En otro orden de cosas, volví ayer a casa con más compras en la bolsa, y paso a hacerles partícipes, que sé que sabrán apreciarlas. Primero,
La piedra negra, de
Robert E. Howard, en la colección de bolsillo de Valdemar. Relatos de horror resueltos con vigor y buen oído para la atmósfera inquietante por el creador de Conan. Luego, la tercera entrega de
Vanguardia Grandes Temas, dedicada a Tintín y su creador,
Hergé. (Busquen en sus kioscos, merece la pena.) Por último,
La leyenda del espacio, último trabajo de Los Planetas, que no ha dejado de sonar en mi casa en lo que va de día y que me tiene del todo atrapado y deslumbrado.
Por lo demás, poco les cuento. Que el episodio de
Bones que emitieron anoche en La Sexta fue notable, de los que a uno lo enganchan a una serie, y que en un ratito me pondré a leer, que tengo mucho nuevo y jugoso en espera: el primer libro de
Del tebeo al manga. Una historia de los cómics, que edita Panini; el libro sobre
Max que firma
Yexus para Dolmen; el de
Dawkins;
The atrocity archives, de
Charles Stross (que es lo que estoy leyendo en el metro estos días, con gran regocijo). O el álbum de
Davodeau, quizá...
Dudas...