Hace mucho que no les hablo de las cosas que encuentro en el kiosco, y no puedo dejar de contarles que me ha sorprendido descubrir que hay colecciones de DVD, de las de a dos entregas por cartón y muy buen precio, que no dejan de sorprenderme. Bergman, por ejemplo. Pero es que Von Trier, además. ¡Y hasta Martín Patino!
Son cosas que me pasman.
(Me gusta descubrir, eso sí, que hay otra dedicada a Ken Loach.)
Por lo demás, parece que la primavera ha decidido caldearnos las carnes y la remozada Cuesta de Moyano luce bien bonita. Y yo me adentro ya en el último centenar de páginas de Transcendent, el novelón de Stephen Baxter que llevo unas semanas disfrutando.
Y el lunes próximo es el Día del Libro. No, para que vayan pensándose qué comprar, robar o rescatar de su trastero para leer o regalar...
3 comentarios:
Pues dé ideas y ya verá que pronto la sacan.
Yo siempre regalo un libro eterno, vivo, pulsativo.
Por ejemplo, uno de mis diez:
David Copperfield, de Dickens. (En la colosal traducción de Marta Salís).
Ande: cuente cómo está lo de Moyano.
De si bonita y eso.
Para los de fuera; y los lejanos (como el menda, je je).
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