Y llueve, llueve, no deja de llover.
M se marcha mañana. Escala en París a la hora de comer. Después... rumbo a Beijing.
S, el lunes, sale para Egipto.
Yo, más casero de siempre, leo en el metro una entrevista que me llena de regocijo y me empuja a rebuscar en mi biblioteca: tengo varios álbumes, incluso una recopilación rara de Peter Hypnos; y una primera novela juvenil. Y mi admiración sin límites.
Y escucho llover al otro lado de la ventana...
M se marcha mañana. Escala en París a la hora de comer. Después... rumbo a Beijing.
S, el lunes, sale para Egipto.
Yo, más casero de siempre, leo en el metro una entrevista que me llena de regocijo y me empuja a rebuscar en mi biblioteca: tengo varios álbumes, incluso una recopilación rara de Peter Hypnos; y una primera novela juvenil. Y mi admiración sin límites.
Y escucho llover al otro lado de la ventana...
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