Tuve noticias ayer de mi amiga R, que se fue de Madriz y está ahora en un periódico, parece. Hacía tiempo que no sabía de ella, que es buena gente y que lo pasó mal aquí, un poco sola. Me alegro de que le vaya bien, me alegro mucho.
Por lo demás, S volvió ya de Egipto y M sigue en China, el domingo estará de vuelta, a ver qué cuenta.
Y yo he terminado esta mañana, antes del desayuno, la lectura del último cuento que me quedaba del libro de Ellen Klages (el que todavía está ahí, en la columna de la derecha). Un bellísimo cuento sobre una madre y su hija, pequeñas viñetas cotidianas narradas desde un dulce y permanente asombro: asistir de cerca a la maravilla. Es el que da título al volumen, Portable childhoods.
Por lo demás, S volvió ya de Egipto y M sigue en China, el domingo estará de vuelta, a ver qué cuenta.
Y yo he terminado esta mañana, antes del desayuno, la lectura del último cuento que me quedaba del libro de Ellen Klages (el que todavía está ahí, en la columna de la derecha). Un bellísimo cuento sobre una madre y su hija, pequeñas viñetas cotidianas narradas desde un dulce y permanente asombro: asistir de cerca a la maravilla. Es el que da título al volumen, Portable childhoods.
2 comentarios:
Me pierdo unos días de visitarle y tengo material para un mes... y no saco tiempo ni para darle un timbrazo y charlar un ratito, para preguntar qué tal va todo... En cuanto pueda, regreso, ¿vale?
;-D
Besitos
Va bien todo, va bien. Gracias.
:-)
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