Jonathan Franzen escribe de puta madre, me cuesta un triunfo diario no pasarme de estación.
Estoy rodeado de camisas arrugadas, cada una en su percha. Como en Los pájaros, pero en blanco (bueno, más bien crema desvaído...).
Suenan Niza. Toda la semana, cada mañana, han sonado Niza.
Y hace calor ya, ahora sí, parece que de verdad hace calor.
Estoy rodeado de camisas arrugadas, cada una en su percha. Como en Los pájaros, pero en blanco (bueno, más bien crema desvaído...).
Suenan Niza. Toda la semana, cada mañana, han sonado Niza.
Y hace calor ya, ahora sí, parece que de verdad hace calor.
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